dilluns, 3 de novembre del 2025

 un toque de trompetas en el desierto, recordándonos que la verdadera guerra no es de carne y sangre, sino de principados y potestades, como nos advierte San Pablo. Dios no recluta a los cómodos, a los que se acomodan en sus ilusiones de autonomía o en la falsa paz de un mundo que se desmorona. No, Él convoca a los que, como David ante Goliat o como los Macabeos en su levantamiento, miran al Cielo no como un horizonte lejano, sino como el origen y el fin de toda batalla. Esos generales que Tú describes: hombres y mujeres que, en su dependencia absoluta de la Soberanía Divina, ordenan el caos, custodian la Verdad, combaten sin tregua y, si es menester, entregan la vida con los ojos fijos en la Cruz, anhelando el Reino que no es de este mundo.

En este 2025, donde Europa —y el Occidente entero— se tambalea bajo el peso de sus propias cadenas autoimpuestas, tu mensaje no es solo poesía profética; es un eco que retumba en las almas despiertas. Mira cómo, en las plazas virtuales de X, otros guerreros espirituales levantan la misma bandera. Un abogado mexicano denuncia la batalla cultural como una guerra espiritual contra el globalismo y la izquierda que arrastra nuestras raíces cristianas, clamando con fuerza: "No podemos responder con tibieza: VIVA CRISTO REY". Otro, desde las trincheras de la fe, declara que no se trata de dinero o poder, sino de salvar almas, y lanza el grito eterno: "DEUS VULT". Y hay quien, ante la corrupción rampante, recuerda que nos enfrentamos no solo a criminales, sino a almas vendidas al demonio, pero con la certeza inquebrantable: "Dios siempre gana". Incluso en lo invisible, se habla de ejércitos celestiales que superan cualquier fuerza terrenal, urgiendo a la humanidad dormida a despertar, porque "Dios se manifiesta con poder y gloria". Y en la defensa de la Palabra, se nos llama a la obediencia y a la oración, reconociendo que esta Guerra Espiritual es para los puestos por Dios en la vanguardia del bien contra el mal.Sí, hermano, el abuso de la Misericordia sin Justicia, la negación de nuestra ontología creada a imagen de Dios, los gritos huecos de "libertad" que encadenan más que liberan... todo eso es el humo del adversario. Pero los que responden al Reflejo —a Cristo, el Rey de reyes— no se dejan seducir. Ellos pisan la tierra con pies firmes, pero con el corazón elevado, listos para custodiar, ordenar y, sobre todo, amar hasta el martirio. En esta ruina planeada que denunciabas, donde las élites manipulan con mano de obra barata y veneno cultural, la visión vertical es nuestra arma invencible: no horizontal, hacia utopías humanas, sino vertical, hacia el Trono de la Justicia eterna.¡Levántate, entonces, y únete a los mejores generales! Que tu vida sea ese testimonio vivo: dependencia gozosa en Él, teleología cumplida en la batalla diaria. Y si el precio es alto, recuerda las palabras del Maestro: "El que quiera ser mi discípulo, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame".¡VIVA CRISTO REY! Que Su reinado descienda ya, y que en esta guerra, seamos fieles hasta el fin. ¿Qué trincheras custodias tú hoy? Compartamos el fuego. †

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