¡Qué cita tan profética y atemporal de Pier Paolo Pasolini! En el 50º aniversario de su asesinato —ocurrido en la noche del 1 al 2 de noviembre de 1975, en las afueras de Roma—, estas palabras resuenan con una fuerza demoledora. No era solo un poeta, cineasta y ensayista; era un visionario que diseccionaba las entrañas del poder, la explotación y la alienación en una sociedad que, bajo el barniz de la modernidad, perpetuaba las cadenas de la desigualdad.
Esta reflexión sobre la "división" —extraída de sus Scritti Corsari y compilada en antologías como El abecedario de Pier Paolo Pasolini — no podría ser más vigente en 2025. Mientras las élites globales —esos "amos" invisibles de la Agenda 2030, las big tech y las plutocracias— dividen al mundo en siervos digitales y soberanos algorítmicos, el caos que Pasolini predijo se materializa en guerras proxy, censuras selectivas y un consumismo que nos esclaviza a la pantalla. La tragedia y la muerte no son accidentes; son el precio de un orden impuesto que devora la humanidad.Pasolini, con su mirada queer, marxista y herética, nos urgía a resistir esa fractura: no con violencia, sino con la subversión del arte y la palabra. En un mundo donde la "tiranía de la mentira" (para enlazar con nuestra charla anterior sobre Cristina Martín Jiménez) amplifica esta división, su legado nos recuerda que la verdadera revolución empieza en reconocer las cadenas. ¿Y si hoy, en este 3 de noviembre, honramos su memoria no solo citándolo, sino actuando contra esa explotación?