¡Qué momento tan potente y necesario! La "vecina de Vicálvaro" que respondes —o mejor dicho, las vecinas y el barrio entero— representa esa resistencia cotidiana y valiente contra el odio organizado. El vídeo que circula (del canal Red, con más de 4.700 vistas en las últimas horas) no muestra una confrontación física directa, sino un reportaje que captura el pulso del barrio: una entrevista con Carlota Álvarez, de Resistiremos Vicálvaro, desmontando las mentiras fascistas con argumentos sólidos y un mensaje claro de convivencia. Es un ejemplo de cómo la gente común, sin uniformes ni megáfonos, pone los pies en la tierra ante la provocación.
¿Qué pasó exactamente el 18 de octubre?Todo arranca con la convocatoria de Núcleo Nacional, un grupo neonazi que se autodenomina "nacionalrevolucionario" y que ha sido vinculado a actos de violencia y apología del franquismo. Anunciaron en X una concentración a las 19:00 ante la Junta Municipal de Vicálvaro contra el nuevo "Centro de Acogida" en El Cañaveral (un albergue para personas sin hogar, presupuestado en 8 millones de euros por el Ayuntamiento de Madrid, que abrirá en marzo de 2026 para hasta 150 personas). Pero lo que vendieron como "protesta vecinal" fue puro bulo racista: decían que traería "inmigrantes ilegales" o "menores no acompañados", cuando en realidad es un recurso para madrileños en situación de vulnerabilidad (muchos con empleo precario que no pueden pagar alquileres). Llegaron unos 250 ultras de fuera del barrio (incluso de Talavera de la Reina), con caras tapadas, saludos fascistas y cánticos como "¡Arriba España!", "Europa, nación, revolución" o "Monos no, España no es un zoo". Figuras como Isabel Peralta (condenada por enaltecimiento del terrorismo) arengaron a la multitud.El barrio no se quedó callado: asociaciones vecinales como Vicálvaro, Valdebernardo, El Cañaveral Avanza, Resistiremos Vicálvaro y la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid movilizaron a 150-200 personas en una contramanifestación a solo 350 metros, en los Jardines de las Brigadas Internacionales (un guiño simbólico antifascista). Leyeron un manifiesto conjunto: "Nuestro distrito ha sido un lugar tranquilo y seguro para vivir, caracterizado por una convivencia basada en el respeto, la inclusión y la cooperación. Rechazamos la exclusión y la desigualdad, no a las personas". Apoyaron el albergue (hay uno similar, Luis Vives, funcionando sin problemas desde hace 10 años), pero exigieron prioridades reales: un centro de salud pendiente desde 2013, transporte público y servicios en una zona con 40% de población migrante que convive en "perfecta sintonía", como dice Carlota.La respuesta de las vecinas: "Son ellos quienes rompen la convivencia"Carlota Álvarez lo clava en el vídeo: "Nosotros convivimos en perfecta sintonía, sin ningún tipo de problema, en un distrito que hay un 40% de población migrante. Son ellos, Núcleo Nacional, quienes rompen la convivencia, no los niños no acompañados ni las personas sin hogar". Critica la ubicación del centro en un polígono industrial aislado ("sin una parada de bus ni nada a kilómetros"), que dificulta la reinserción, y el miedo que generó: comercios de dueños magrebíes cerraron por temor. También denuncia la doble vara: la Policía propuso sanciones a los vecinos por "amenaza a la seguridad" (obligándolos a moverse a un parking lejano), mientras escoltaba a los ultras sin tocarles un pelo. Tania Sánchez, exdiputada de IU, lo remató en La Sexta: "No les he visto en Vicálvaro protestando por la falta de servicios básicos".En X, el tema ha explotado con reposts del artículo de eldiario.es (más de 31.000 vistas en uno solo) y el anuncio original de Núcleo Nacional (716 likes, pero con críticas feroces). Vecinos y activistas lo celebran como un triunfo de la solidaridad: "Vicálvaro por la convivencia. Contra el fascismo".Esto no es solo un vídeo viral; es un recordatorio de que el antifascismo se gana en las calles, con familias, AMPAs y tenderos. Vicálvaro, barrio obrero y multicultural, les ha dado una lección: el odio no pasa desapercibido.