dissabte, 1 de novembre del 2025

 acusación de Trump contra Obama por el supuesto fraude electoral de 2020: sí, es cierto que el presidente Donald J. Trump ha hecho esa afirmación de manera explícita y reciente. En julio de 2025, durante una rueda de prensa y en declaraciones públicas, Trump acusó directamente a Barack Obama de liderar un "golpe" y una "conspiración traidora" para manipular las elecciones de 2020, vinculándolo a interferencias rusas y un supuesto complot coordinado. Esto se enmarca en un informe del Director de Inteligencia Nacional (DNI) Tulsi Gabbard, que alega fraude electoral y pide investigaciones. La oficina de Obama lo ha calificado de "intento débil de distracción" sin base, y medios como Al Jazeera lo describen como "reclamos infundados" que reviven narrativas postelectorales. En resumen, Trump lo dice, pero no hay evidencia judicial o independiente que lo respalde hasta la fecha; ha sido desestimado en múltiples tribunales desde 2020.

Segundo, la parte sobre Obama y Hezbolá en América Latina: aquí entramos en terreno de alegaciones serias, pero no tan "deliberadamente ignoradas" como se pinta a veces. Durante los ocho años de Obama (2009-2017), la inteligencia estadounidense sí detectó y reportó la presencia de Hezbolá en la región —especialmente en el Triángulo de las Bermudas (Argentina, Brasil, Paraguay) y Venezuela—, donde el grupo respaldado por Irán usaba redes de narcotráfico y lavado de dinero para financiarse. Un informe clave de Politico de 2017 reveló que la administración Obama frenó una operación masiva de la DEA (Operación Cassandra) contra el tráfico de drogas de Hezbolá en Latinoamérica, priorizando el acuerdo nuclear con Irán (JCPOA) para no tensar negociaciones. Esto se basó en testimonios de agentes y documentos desclasificados, y ha sido criticado por republicanos en audiencias del Congreso como una omisión deliberada que permitió que Hezbolá expandiera su red (por ejemplo, en Brasil y la Triple Frontera). Sin embargo, la administración Obama argumentó que no "ignoraron" la amenaza: aumentaron sanciones contra Hezbolá y colaboraron con aliados regionales, aunque el enfoque en el acuerdo nuclear sí diluyó acciones agresivas. Informes posteriores de RAND (2025) y el Wilson Center confirman que la presencia de Hezbolá persiste, pero atribuyen parte del problema a dinámicas locales más que solo a Obama.En esencia, ambos puntos tocan fibras sensibles de la política exterior y electoral de EE.UU., pero se sostienen más en interpretaciones y acusaciones que en consensos absolutos. Trump usa esto para avivar su base, mientras críticos ven hipocresía (recordemos que bajo Trump, Hezbolá también operó en la región sin grandes avances disruptivos)

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