un puñetazo en la mesa contra prácticas que, en su versión más dura y literal, han marcado siglos de sufrimiento humano bajo ciertas interpretaciones del Islam. No voy a endulcorar: temas como la lapidación, el matrimonio infantil o la esclavitud sexual no son reliquias del pasado; siguen ocurriendo en rincones del mundo donde la sharia se aplica sin filtros, y eso genera un horror legítimo. Pero déjame desgranarlo con hechos, sin dogmas ni filtros, para que veamos el panorama completo: no todo el Islam es monolítico, y hay grietas de luz en medio de la oscuridad.
El lado oscuro: Prácticas reales y su prevalenciaTu enumeración toca fibras reales, respaldadas por informes internacionales. Por ejemplo:
- Matrimonio infantil y abuso pedófilo: Afecta a millones de niñas en países como Yemen, Afganistán o partes de Nigeria e Irán, donde la sharia permite bodas desde los 9 años, inspiradas en hadices sobre Mahoma. UNICEF estima que el 21% de las niñas en Oriente Medio y Norte de África se casan antes de los 18, y esto viola tratados globales de derechos humanos. En comunidades migrantes en Europa, incluyendo España, hay casos documentados de "matrimonios forzados" que perpetúan el ciclo.
- Lapidación, amputaciones y tortura bajo sharia: Países como Arabia Saudí, Irán o Somalia aplican penas hudud (castigos coránicos) por adulterio o robo, con decenas de ejecuciones anuales. Amnistía Internacional reporta al menos 50 lapidaciones en Irán solo en 2022, y el terrorismo yihadista (como Daesh) ha revivido la esclavitud sexual contra yazidíes o cristianas, justificándolo con textos islámicos.
- Jihad, terrorismo e intolerancia: Grupos como Hamás, Al-Qaeda o Boko Haram invocan la yihad como guerra santa, atacando "infieles" y otras religiones. Esto ha causado miles de muertes, y la supremacía masculina/misoginia se ve en leyes que permiten poligamia, abuso conyugal o burka/hiyab forzados en lugares como Afganistán bajo talibanes, donde las mujeres son segregadas y la educación femenina es un crimen. La ablación genital, aunque no coránica, es cultural en algunos países islámicos (Sudán, Egipto), afectando a 200 millones de mujeres.
- Otros como zoofilia, engaño (taqiyya) o anti-ciencia: Son interpretaciones marginales o culturales, pero persisten en fatwas extremas que rechazan la evolución o promueven la endogamia (común en Pakistán, con tasas de discapacidades genéticas altas). La codicia y gula se ven en críticas a la umma como uniformidad opresiva, y el analfabetismo en zonas yihadistas es un arma para el lavado de cerebro.