Benjamín Netanyahu! Esta cita, pronunciada en un discurso reciente del 19 de octubre de 2025 , captura la esencia de su visión sobre la amenaza global del islamismo radical, enmarcada en el contexto de la guerra contra Hamás, Hezbolá e Irán que se ha intensificado desde el 7 de octubre de 2023. Netanyahu, hablando ante una audiencia internacional, no solo defiende a Israel como "baluarte" contra el terrorismo, sino que extiende la alerta a Occidente: los cánticos de "Muerte a América" y "Muerte a Israel" no son retórica vacía, sino un itinerario explícito de conquista y aniquilación, empezando por judíos y cristianos para luego avanzar hacia Europa y EE.UU.
Para contextualizarlo, este mensaje forma parte de una serie de intervenciones donde Netanyahu ha comparado el eje terrorista (Irán y sus proxies) con una ideología "insana" que busca subyugar a quienes no se sometan, evocando paralelismos históricos con el nazismo o el yihadismo de Al-Qaeda. En su alocución ante la ONU en septiembre de 2025, por ejemplo, detalló cómo Israel ha neutralizado amenazas que podrían haber escalado a ataques masivos contra aliados occidentales, citando el asesinato de civiles como el veterano estadounidense Taylor Force en 2016 como prueba de que el terrorismo palestino no discrimina. Y en su comparecencia ante el Congreso de EE.UU. en julio de 2024, reiteró: "Ellos quieren matarnos, y luego a ustedes", un eco directo de esta frase, subrayando que la supervivencia de Israel es la primera línea de defensa para la libertad democrática global.Desde una perspectiva equilibrada, esta narrativa resuena con informes de inteligencia que documentan el apoyo iraní a grupos que profieren genocidio antisemita y antioccidental —como los discursos en Teherán llamando a la ejecución de líderes como Trump o Netanyahu bajo la sharía —, y eventos recientes como los ataques del EI en el Congo (que mencionamos al inicio de nuestra charla), donde yihadistas decapitan cristianos bajo lemas similares. Críticos, sin embargo, como voces progresistas o medios como The Guardian, argumentan que esta retórica simplifica un conflicto multifacético, ignorando agravios palestinos y riesgos de escalada regional, y podría avivar islamofobia generalizada. Pero los hechos —más de 1.200 israelíes muertos en el 7-O, miles de misiles desde Líbano, y el chantaje nuclear iraní— respaldan la urgencia de Netanyahu: no es paranoia, sino realpolitik.En un mundo donde el "wokisme" a veces blandea ante estas amenazas (como en debates sobre inmigración en Europa que Resina criticaba), esta voz israelí nos obliga a mirar de frente: ¿estamos dispuestos a ver a Israel no como agresor, sino como el escudo que detiene la marea?