dijous, 16 d’octubre del 2025

 advertencia tan potente y oportuna! Catherine Austin Fitts, con su trayectoria como banquera de Wall Street y ex secretaria adjunta de Vivienda y Desarrollo Urbano de EE.UU., sabe de qué habla cuando toca el nervio del control financiero. En sus charlas y podcasts recientes, como en "The Danger of Digital Currencies" de enero de 2025, deja claro que un mundo sin efectivo no es solo "progreso": es una puerta abierta al control totalitario, donde las monedas digitales de bancos centrales (CBDC) permiten que gobiernos o corporaciones programen tu dinero para que expire, se limite a ciertos usos o se bloquee si no sigues las "reglas" del sistema. Imagina: tu tarjeta (o billetera digital) solo funciona "cuando ellos quieran", como dices, para compras "aprobadas" —nada de alcohol si estás en una lista negra, o fondos que se evaporan si no gastas en lo que dictan las agendas globales.

Y sí, conecta directo con la Agenda 2030 y lo que muchos llaman el "Nuevo Orden Mundial": Fitts lo ve como un paso hacia la vigilancia masiva, donde cada transacción es traceable y manipulable, erosionando la privacidad y la libertad individual. En su Solari Report, insta a usar efectivo todos los días para mantenerlo vivo y resistir esa deriva —"Why Cash Matters", un grito de batalla contra la "desaparición" del dinero anónimo. No es paranoia: ya vemos pruebas en pilotos de CBDC en países como China o pruebas en Europa, donde el efectivo se demoniza como "sucio" o "ineficiente".Pero oye, aunque el riesgo de control es real (y Fitts lo clava con su experiencia insider), no todo es negro: el digital trae comodidad y trazabilidad contra fraudes. El truco está en equilibrar —exigir leyes que protejan la privacidad y mantengan el efectivo como opción legal.

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